jueves, 5 de diciembre de 2013

Leyendo huellas en la nieve

CUADERNO DE CAMPO
La nieve es un regalo para el monte. Y también para los naturalistas porque abre nuevas posibilidades de observación, además de la posibilidad de saber algo de los mamíferos, que normalmente permanecen ocultos a nuestros ojos. Muchos de ellos son de hábitos nocturnos, bien de manera natural o porque la presencia de gente les obliga a permanecer escondidos durante el día. 
La nieve, en la primera hora de la mañana, nos brinda una ocasión de oro para leer el folio en blanco en que se ha convertido el suelo. Las andanzas del raposo, la ardilla o del jabalí no están escritas con tinta, sino en relieve, como misteriosas runas, y generalmente duran poco, nuevas nevadas, el sol, el viento y otros paseantes no tardan en borrarlas si somos perezosos.
Hoy vamos a mostrar algunas de las más fáciles de encontrar e identificar.

Rastro de ardilla, Sciurus vulgaris.
Una cautelosa ardilla paseó por la parte superior de este muro, a saltitos, como tienen por costumbre, dejando las huellas de las patas traseras por delante de las delanteras. En el suelo las ardillas van saltando como los niños que juegan a pídola y así dejan sus huellas.
Huellas de ardilla, Sciurus vulgaris

El raposo ha cruzado la carretera y ha dejado sobre el asfalto la impronta de su desplazamiento. Es curioso que parece que los zorros anduviesen con el cuerpo torcido porque sus rastros siempre tienen una curiosa inclinación. Es un efecto producido por las patas de detrás al casi solaparse con las huellas de las de delante. También podemos ver que cuando van hacia abajo las huellas están más separadas que cuando suben una cuesta, como en este caso.

Rastro de zorro, Vulpes vulpes.
Esta es su huella, que nos resulta más fácil de leer porque la capa de nieve es fina y queda marcada contra el negro suelo. A la izquierda una pata delantera y a la derecha la pata trasera, algo más alargada.
Huellas de zorro, Vulpes vulpes.
La huella del zorro puede ser confundida con la de un perro de talla mediana o pequeña, pero hay un truco para no equivocarse. En el dibujo, un poco exagerado para remarcarlo, la línea roja señala que la marca de las almohadillas de los dedos centrales están claramente por delante de los exteriores. En los perros las huellas de los dedos externos quedan más adelantados y no se puede trazar esa línea sin pasar por encima de ellas.
Otro rastro que puede identificarse fácilmente, aunque en zonas bastante más altas, es el de la cabra montés, con las fuertes pezuñas bien marcadas, afiladas como un piolet para sujetarse a las rocas.
Rastro de cabra montés, Capra pyrenaica.

Huella de cabra montés, Capra pyrenaica.

No siempre es fácil saber a qué animal corresponden las huellas. La fusión de la nieve, el que sea más blanda, reciente o casi congelada, hace variar su tamaño e incluso su forma. Esas patitas del lado izquierdo de la foto igual pueden ser de comadreja que de algún otro animal.
Huellas en la nieve de varios días.
Sin embargo, las hay inconfundibles, como la del jabalí, que además de dejar bien marcadas las pezuñas delanteras, marca en los suelos blandos las uñas de los dedos traseros.
Huella de jabalí, Sus scrofa.

También las aves dejan sus huellas características, pero habiendo tantas especies de tamaño parecido, a veces es difícil saber a cual pertenece un rastro si no las hemos visto antes desde la distancia. Nos puede ayudar un poco conocer las especies más características de la zona en cuestión y su forma de andar. Por ejemplo, en la siguiente foto se ve el rastro de una urraca, que no se desplaza a saltos, como otros pájaros, sino andando, y además metiendo un poco las patas hacia adentro. Fácilmente te la imaginas moviendo la cabeza a un lado y a otro observando en entorno con su inteligente mirada, paso a paso.

Rastro de urraca, Pica pica.

Pero las huellas no solo nos muestran la forma de andar de los animales, también algunos aspectos de su comportamiento. En la foto anterior el momento de posarse, con las dos patas juntas y luego como se pone a andar y cómo se echó a volar, donde termina bruscamente. También podemos ver si van solos o acompañados o, como en el siguiente ejemplo, dónde buscan su alimento. 
Rastros de estorninos negros, Sturnus unicolor.
Un grupo de estorninos negros han estado hurgando en una boñiga de vaca enterrada en la nieve. Posiblemente buscaban semillas e insectos. Es curioso que en otros momentos del año estos excrementos no son tan atendidos, pero el invierno es largo y duro, y hay que aprovechar los recursos al máximo.

11 comentarios:

  1. Gracias Jesús!!!
    Me encantan estos post. Comparto en la página de RedMontañas en facebook, si no hay inconveniente.
    Abrazos desde La Pedriza!!

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  2. Gracias a ti por compartirlo, es la manera de que llegue a la mayor cantidad de excursionistas posible.

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  3. Digo otro tanto, Jesús: lo comparto para que otros sigan tus huellas...tan definidas e interesantes.
    Saludos.

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  4. Magnífico! Muy didáctico!
    Carmela

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  5. Pues gracias también a tí Javier y Carmela, así da gusto trabajar en el blog.

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  6. Preciosa observação! Que tanto se aprende por aqui (e se diverte também)... onde moro não tem neve, mas tem pegadas de muitos bichos seja no barro ou na areia..

    Beijos e flores, afortunado pesquisador. ;)

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  7. Hola Teca.
    Aquí el suelo es muy mullido, lleno de hojas, y las huellas no se marcan bien excepto alrededor del agua y, por supuesto, los días de nieve, que son muy divertidos.
    Beijos.

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  8. Muy bueno Jesús. Me encantó. Y más ahora que me gusta dedicarme a esto del "rastreo". Y tú ¿cómo distingues las huellas de corzo de las de cabra? Siempre que las veo me imagino que son de corzo, pero nunca me paro a pensar cabra. ¿Los corzos siempre dejan la marca de los dedos traseros o sólo cuando corren? ¿La cabra marca también dedos traseros? Saludos!

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    1. Gracias Mamen, Las de cabra montés adulta son casi el doble que las de corzo, pero me temo que te refieres a las cabras domésticas. Bueno, los corzos habitan en zonas más boscosas, pero yo creo que lo más significativo es que los corzos van solos o dos o tres juntos, no los rebaños que forman las cabras. Así, si ves muy pocas huellas y de menos de 5 cm, es casi seguro que se trate de corzos. Los corzos dejan la huella de los dedos traseros si el suelo es blando, no necesariamente por correr o no. De todas maneras, paciencia, estoy preparando una entrada dedicada solo a ellos.

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  9. No no, me refiero a la montés. Por donde voy hay corzo (que los veo muy a menudo aparte de ver sus huellas) y también hay zonas de cabra montés. Siempre que veo las huellas, como bien dices, de un ejemplar, o de dos...pienso.."corzo". No había caído en la cabra montés. Por eso te preguntaba la diferencia. Lo del tamaño que me comentas me viene bien saberlo. Muchas gracias!!!

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  10. Ya me suponía, pero por si acaso, te respondí a las dos posibilidades.
    Un abrazo.

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